Libros y descanso

Buchholz

En unos días empieza la Feria del Libro en Zaragoza. Nerea y su cultural informan muy  bien de autores, horarios y demás.  Esta bitácora y yo nos ausentamos.  Unos días fuera se agradecen, algo de carretera y cosas pendientes, siempre hay cosas pendientes…  Me faltan manos y horas para acabar lo que empiezo.  ¿A alguien le pasa lo mismo?  Pero eso sí, visitar las bitácoras de los amigos al atardecer es un placer que no pienso dejar de realizar.

Dejo esta ilustración de Quim Buchholz que tanto me gusta.  Mi preferida.  Nos vemos a la vuelta.

Verdi contra Puccini (very personal post)

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Años ha, mi familia estaba dividida en dos bandos. Los que amaban a Verdi y los que veneraban a Puccini. Y esto viene a cuento porque hace unos meses fue el ciento cincuenta aniversario del gran  Giacomo Puccini. Mi padre era del bando de Verdi y lo defendía de forma histórica y política, con un matiz casi científico. Los tíos también eran de Verdi. Sin embargo, mi madre y la abuela eran de Puccini y su defensa del músico era a la manera siciliana,  con mucha emoción y gesticulando más de lo necesario, en realidad las expertas en música eran ellas.   En la sobremesa de los domingos después de destripar el mundo y sus apéndices, después de hablar de lo divino y de lo humano, se llegaba a la última de las discusiones, la madre de todas las broncas. Verdi o Puccini. En la cocina de casa, al tiempo que se preparaba el cuarto café y se saboreaba la quinta copa, se repetía una discusión estrepitosamente operística.  Imagino que el néctar de Baco ayudaba a tanta algarabía.

La familia a veces era poco  discreta. Todos los vecinos se enteraban de la discusión sobre los dos genios de la música. Imagino que nos veían como auténticos marcianos.

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Cartel de Rafal Olbinski

Hace poco le pregunté a  mi hermano Martín, que es músico: ¿quien te gusta más Verdi o Puccini? Verdi, me dijo, mucho más Verdi.   Qué pena, le contesté, Puccini es mucho mejor. Y aquí se renovó la discusión familiar décadas después.  En mi caso el asunto es más grave ya que resulta que  Verdi me agrada lo justo.   Hoy escuchando a Puccini de regreso a casa me he acordado de estas historias familiares y  he recordado especialmente a  mi padre.

No soy experta en ópera,  pero Puccini es para mí especial.   Su pasión por Wagner, la fascinación por el exotismo oriental y la influencia de la música francesa hacen de este genio un compositor muy especial, sublime, imprescindible.

Puccini está presente siempre. Su música atraviesa los siglos y podemos encontrarla en muchas películas, en spots publicitarios, en sinfonías de programas de radio o televisión muy variados.  Hoy, tantos años después,  he vuelto a recordar nuestra batalla familiar. Y creo que seguimos empatados.  Yo apuesto por Puccini, siempre, siempre. Forever  Puccini.

Feliz Fin de Semana.