Entrevista a Lorena López Pérez, candidata a las primarias de Zaragoza en Común (ZEC)

Los tres años y medio del gobierno municipal PP-Cs-Vox han sido una auténtica carrera hacia atrás. La ciudad, con todos los seres que en ella habitamos, hemos perdido de una u otra forma calidad de vida y, lo que es peor, nos enfrentamos a que estos últimos años sólo sean la punta de un iceberg donde al final la mercantilización de los bienes públicos acabe con nuestros derechos: acción social, vivienda, feminismo, cultura, derechos animales, etc.
La candidata a las primarias de Zaragoza en Común (ZEC), Lorena López Pérez, conoce cuáles son los principales problemas que tiene esta ciudad en cuestiones importantes como el feminismo y los derechos animales, ya que forma parte de ambos movimientos sociales. Uno de los principales problemas para quienes trabajamos en el movimiento animalista es encontrar a personas que entiendan que los animales importan, que son parte del mundo en el que vivimos. Con Lorena no hay que esforzarse, la candidata a las primarias por ZEC está desde hace tiempo involucrada en el reconocimiento de los derechos de los animales. Por eso os invito a que participéis en las elecciones primarias de ZEC apoyando la candidatura de Lorena López Pérez. Os dejo aquí el enlace para inscribirse. Tenemos la oportunidad de elegir a una persona con sensibilidad animalista en el próximo Ayuntamiento. No la desaprovechemos. Esta entrevista tiene como objetivo acercarnos un poco más a Lorena, no sólo en aspectos municipales, sino también personales.
—Lorena, ¿podrías hacer un diagnóstico rápido del estado de la ciudad?
—Cada vez más gris, Marta, y no sólo me refiero a la tala de árboles y reducción de espacios verdes. Yo lo veo como el gobierno municipal del “no”. No a los derechos sociales. No a las manifestaciones políticas. No al cuidado de nuestros animales. No a la diversidad LGTBIQ+. No a las colonias felinas. No a la información sobre el CMPA… No, de forma sistemática, a cualquier enmienda beneficiosa para las ciudadanas que se lleve a los plenos por los grupos políticos progresistas. Pero esto podemos y debemos cambiarlo. Está en nuestra mano que haya un cambio en la gestión municipal, que ponga los cuidados de todos los seres en el centro, que escuche a la sociedad y que sea dialogante.
—La apatía es una de las peores invitadas en política. Siempre está cuando menos se la necesita. ¿Cómo te enfrentas a ese temido enemigo?
—En mi caso la apatía no es compatible con mi carácter, siempre he estado en activo en cuanto a activismo y militancia, de hecho forman parte de mi identidad. Reconozco que cuanto más necesaria sea la movilización, más me involucro. Constantemente digo que “voy de mani en mani porque me explotan”, así lo vivo y así lo extrapolo a todos los aspectos de nuestra sociedad. Que hayamos conseguido algunos derechos no significa que debamos relajarnos, más aún cuando vemos que según quién dirija las instituciones aumentan las injusticias. El ejemplo más claro es la enmienda del PSOE, no podemos quedarnos de brazos cruzados viendo que algunos animales se quedan totalmente vendidos y abandonados a su suerte. Este tipo de cuestiones son las que me levantan del sofá y me sacan a la calle, a pelear por quienes no pueden, no tienen voz o aquellas que más vulnerables se encuentran. Yo vivo como un derecho y una obligación moral no dejar de luchar.
—Hace poco participaste en las protestas que se realizaron en Zaragoza contra las enmiendas del PSOE a la Ley de Protección Animal, que has mencionado antes. También has colaborado en las tweetstorms en las redes sociales para denunciar dichas enmiendas y fomentar la adopción de animales. ¿Puedes contarnos la historia de los perros con los que convives?
—Ahora convivo con dos que la extrema derecha tituló como “inadoptables”. Tana llegó de casualidad, en plena pandemia. Las protectoras se habían quedado sin voluntarias y sin casas de acogida. Una de mis mejores amigas es voluntaria en la protectora Sonrisa Animal de Utebo y me contó que no paraban de aparecer perros y no tenían sitio donde meterlos. Yo ofrecí mi casa, no me importaba ni la edad, ni el tamaño del animal, simplemente le dije que acogía a quien más lo necesitase. Así llegó Tana, una labradora con 60 kilos, unos 10 años y una obsesión por el agua y la comida horrible, incluso llegó a ser agresiva. Con ese peso no podía ni levantarse sola, había que ayudarla… Estuvo mucho tiempo abandonada en un terreno junto a otros como ella, iban una vez al mes a llenar la tolva de pienso y los pozales de agua (imagínate cómo estaría el agua estancada después de dos semanas…). La realidad es que poca gente quiere perros de color negro (aunque parezca increíble, pasa), ancianos o con traumas. Tardamos muy poquito tiempo en enamorarnos de ella y firmar la adopción. Hoy en día ha perdido 20 kilos, come tranquila, es supersociable y cariñosa. Con mi galgo, Sonqo Suwa (en inca significa “ladrón de corazones”), ocurrió algo similar. Vi por redes sociales que la protectora Paticas Ribera Alta del Ebro pedía urgentemente una casa de acogida para él. Junto a tres más, le habían rescatado de un galguero, llevaba el cuerpo repleto de heridas, le faltaba media oreja y tenían que amputarle una de sus extremidades de forma inmediata por la infección tan extendida que le recorría. Llevaba la pata totalmente podrida. Si hubiesen tardado dos días más, Sonqo no hubiese sobrevivido. Necesitaba un hogar donde pasar el postoperatorio, así que tampoco dudé un instante, se lo enseñé a mi novia y nos pusimos en contacto con la protectora. Tengo que decir que ella estudia Medicina y yo estudié auxiliar de clínica veterinaria, éramos un equipazo para ayudarle en su recuperación. Llegó con muchísimos traumas y muchísimo miedo, pero eso nos daba igual. Le habían utilizado para hacer de sparring, así que puedes hacerte una idea de todo lo que tuvo que pasar y soportar. Tardamos tres días en cambiarle el nombre de Fénix a Sonqo y poco más de un par de horas en enamorarnos de él. Es increíble cómo han encajado, se defienden entre ellos si ven que alguno está amenazado o se siente en peligro, una pasada. Se ayudan sin condiciones, es algo que me enseñan todos los días.
—Desde hace mucho tiempo diversas protectoras organizan todos los fines de semana eventos para recaudar dinero con el que alimentar a sus perros y gatos, costear gastos veterinarios, etc. La situación de las colonias felinas es absolutamente desastrosa, y la información que se solicita sobre cómo están los perros del CMPA es nula. Sé que conoces esta situación y que te preocupa. ¿Qué papel crees que debe tener la administración local en relación con los animales de nuestra ciudad?
—La administración local debe ser garante del bienestar, no sólo para un grupúsculo de quienes viven en la sociedad. Ni debería estar apartando la mirada e ignorando la realidad. Debe poner los cuidados como eje para desarrollar cualquier política, eso incluye a todos los seres vivos y al medioambiente que nos rodea. Mostrar la valentía de asumir que hay mucho trabajo por hacer y aceptar qué es lo que no se está haciendo bien. Me parece una cobardía supina dar la espalda a la realidad de nuestro ecosistema y de la emergencia climática que vivimos, en vez cuidarlo y establecer medidas eficientes.
—Hace unas semanas las ciudades de Córdoba y Albarracín recibieron una mención especial por su buen trabajo en relación con las colonias felinas. Lamentablemente, en las Jornadas Felinas Nacionales, Zaragoza lleva mucho tiempo siendo ejemplo de mala praxis gracias al actual concejal de participación ciudadana. ¿Qué crees que podrá hacer la próxima corporación para poner la protección animal a salvo de la política de desmantelamiento que está realiza el gobierno municipal PP-Cs-VOX?
—Escuchar, entre otras cosas; algo tan sencillo como eso puede cambiarlo todo. Desde las protectoras, las asociaciones animalistas o las voluntarias se llevan muchísimas propuestas al Ayuntamiento para mejorar el bienestar animal. Si hay especialistas en la materia, hay que sentarse y prestar atención para incluir esas sugerencias en la gestión municipal, que tienen como finalidad mejorar la calidad y el funcionamiento tanto de las colonias felinas como de los centros municipales de protección animal, por ejemplo. Y a partir de ahí desarrollar políticas públicas de protección animal eficientes dignas de una ciudad moderna del siglo XXI, que incluya educación en el respeto animal o campañas de adopción responsable y efectivas no sólo en Navidades.
—¿Qué importancia tiene para ti la participación ciudadana?
—Para mí lo es todo. La participación ciudadana, las movilizaciones, las huelgas, las manifestaciones… es lo que realmente mueve las políticas actuales. Tenemos la mejor herramienta para poder cambiar las políticas y somos nosotras. Y eso no lo digo yo, lo demuestra la Historia de los movimientos sociales. Todo en esta vida, desde el precio de la barra de pan hasta lo que cobras por tu trabajo tiene su origen en las movilizaciones. La participación ciudadana debe formar parte de la toma de decisiones a nivel político, es un derecho y un deber.
—Estamos en épocas cercanas a la Navidad y mucha gente sigue pensando en comprar perros y gatos y otros animales. ¿Qué le dirías si los tuvieras ahora mismo delante?
—Que el amor no se compra, no tiene precio. Si realmente quieren compartir su vida con un animal, que se acerquen a cualquier protectora o asociación animal, no sólo van a encontrar lo que buscan, sino que van a ser asesorados para que ese animal que se lleven se adapte a sus circunstancias. La compra/venta en caliente de animales en Navidad no parte de una reflexión profunda de “Cuánto tiempo puedo dedicarle al animal, qué tipo de vida llevo (más sedentaria, más activa…), convivencia en el hogar, coste aproximado de necesidades básicas como el alimento o el veterinario…”, es un impulso amplificado por el consumismo navideño. Compartir tu vida con un ser vivo es mucho más que pagar por él, hay que asumir que son seres vivos a los que cuidar, educar y amar 24 horas al día, 365 días del año. Las vidas no son un negocio.
—Y para terminar unas preguntas de respuesta rápida, menos sesudas. ¿Cuál es tu película favorita?
—The Game, una película de 1997. La vi en el cine cuando tenía 11 años y me marcó bastante. Mi conclusión (a esa edad) fue que sin el amor de tu gente, amigos, tus redes afectivas, tu familia… lo material no vale nada. A día de hoy, me sigue pareciendo esa película que me dio una perspectiva realista y diferente de la vida.
—¿Cuál es tu grupo de música o cantante preferido?
—¡Buf! Soy una melómana empedernida. Mi grupo favorito son los Héroes del Silencio, pero tan pronto me pillas escuchando a Amon Amarth (death metal), como bailando sevillanas, o escuchando a Roberto Cacciapaglia (música clásica contemporánea) mientras estoy estudiando. Adoro la música y si es en directo, más aún. Trabajo los fines de semana en el Pub Utopía, hay conciertos casi todos los fines de semana y cada vez que descubro un grupo nuevo, alucino.
—¿Un lugar de Zaragoza que te guste especialmente?
—¿Sólo uno? Jajajaja. Me gusta el barrio en el que crecí, el Actur, con esas calles plagadas de tiendas, peatonalizadas y llenas de jardines y árboles. Me gusta pasear con mis perros por el Parque José Antonio Labordeta cuando llega el buen tiempo, sin prisa, disfrutando. Y, por otro lado, adoro la magia que evoca la Aljafería, la historia que guarda, todo el arte que la viste, la paz del patio de los Naranjos…
—¿El último libro que has leído?
—El libro de las ciudades, de Ana Rossetti. Un libro que narra el origen de algunas ciudades como Madrid, Medina Azahara o Varsovia desde una perspectiva feminista y reivindicando el papel de las mujeres en la Historia. Tiene una narrativa poética maravillosa, ¡Lo recomiendo!
—¿Un deseo para el próximo año?
—Uf, ¿sólo uno?… Yo, que me considero muy utópica, desearía más empatía. Creo que falta mucha empatía en esta sociedad, saber ponernos en el lugar de otras. Para mí es clave a la hora de crear políticas útiles para la toda sociedad, que no deje de lado ni haga oídos sordos al bienestar animal. Entender que todas las vidas importan es imprescindible para construir y convivir en una sociedad justa.
Victor Hugo escribió que “No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo”. Los derechos de los animales han entrado este siglo por la puerta de la historia, y es así en todo el mundo. Sin embargo, el actual gobierno municipal no se ha enterado todavía. Ojalá Zaragoza pueda contar contigo en el próximo Ayuntamiento, ojalá pueda tener una puerta abierta al diálogo, y hacer posible que la ética llegue a los animales.
Mucha suerte, Lorena.
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Enlaces:
Candidatura municipalista: https://www.elperiodicodearagon.com/zaragoza/2022/12/04/municipalistas-presenta-candidatos-primarias-zec-zaragoza-79558995.html
Para conocer a tod@s los candidatos y candidatas pinchad aquí. https://zaragozaencomun.com/primarias23/