La caja de la República

Para Rosa Navarro

Gregoria vivía en el centro de Zaragoza, apenas pudo ir a la escuela, pero recitaba de memoria a Federico García Lorca. La República era el poema que quería celebrar ese abril lleno de futuro.

Felisa vivía en el sur de Francia, en una hermosa casa con un gran huerto del que abastecía a toda la familia, pero lo dejó todo para dar a luz a su hija Rosa en la España republicana. El sueño de mis abuelas duró poco. Felisa acabó en la cárcel y Gregoria escondió bajo llave su alegría y sus poemas.

Ambas guardaron en una caja los buenos recuerdos de aquellos años. La caja de los sueños la llamaban.

La caja de la República. Decían que, para no olvidar a quienes amas y ya no están contigo, hay que recordarles con palabras, canciones y vino dulce, hay que hablarles como si estuvieran a nuestro lado.

Porque si recuerdas  aquello que has amado, el olvido nunca ganará batalla alguna. Y el olvido fue algo que las mujeres republicanas, víctimas del franquismo, sufrieron doblemente.

Para evitar el olvido cada 14 de abril las abuelas abrían la caja de los milagros. El milagro de los sueños.    Extendían los recuerdos sobre la mesa de la cocina y entre vasos de vino dulce y canciones invocaban a la República. Y durante unas horas volvían a ocupar sus vidas y las de los amigos que fueron asesinados.

Los nombraban de uno en uno, les contaban cómo estaban sus padres, sus maridos, sus mujeres, sus hijas. Así le daban la vuelta a la Historia, ganaban la batalla de la nostalgia a golpe de palabras. Porque las palabras tienen el poder de dar vida, de reconstruir, de tender puentes, de cerrarle el paso a la tristeza,

Ahora que ellas ya no están, cada 14 de abril yo sigo su ritual, abro la caja de los milagros y preparo tres copas de vino y canciones. Ellas vienen del pasado, yo las espero sentada en el presente pero mirando al futuro. Y es aquí donde se produce una vez más la magia de volvernos a encontrar, de abrazarnos.

Estiro el brazo y sé que al otro lado están ahí alzando su copa, burlándose de la cárcel, del  silencio, del exilio, de la tristeza en estado puro, de la muerte.  Allí están ellas, sonriendo, celebrando su día y enseñándome a recordar que aquello que se ama hay que celebrarlo para no olvidarlo jamás.

Revivir es volver a vivir. Igual que hoy hacemos aquí. Pasado, presente y futuro.

“A por la III República”,

las oigo cantar.

¡Que así sea!

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Texto de Marta Navarro

Lectura de «Historias de tres mujeres con sombrero rojo», en el Teatro Arbolé

«Teatro Arbolé estrena temporada con una extraordinaria programación en la que ha incluido la lectura de relatos y presentación de nuestro libro «Historias de tres mujeres con sombrero rojo». Somos uno de esos 44 espectáculos de los que hablan los medios de comunicación y estamos muy felices, orgullosas y agradecidas de poder hacerlo en Arbolé, un espacio lleno de magia». Como dice la periodista y escritora Ana Rioja:  La cultura lo único que contagia es de más cultura.

Os esperamos, tomad nota y acudid.

 

«Llenad los cuencos», videopoema del programa «Palabra Voyeur», de Radio3

Palabra Voyeur - Vietnam bajo la cama. Marta Navarro - 02/09/20 - ver ahora

Escribí “Llenad los cuencos” en el año 2014. Sí, estaba algo enfadada, aquel tiempo me pareció horrible, ahora me lo sigue pareciendo, pero igual que en el 2014 el final del poema da espacio a la esperanza. El programa de Radio3 «Palabra Voyeur» ha rescatado este texto en un vídeo realmente potente y con una locución perfecta. Gracias, Palabra Voyeur, por llenar los cuencos de palabras, música e imágenes.
Por si os apetece, aquí os lo dejo. Impasible no deja, no…

Música: Lisi Búa. Vídeo: Ainara Pardal. Voz: Juan Megías.

Pinchad en la imagen para ver el videopoema.

Gracias.

 

«Reseña de «Historias de tres mujeres con sombrero rojo», en Arainfo

‘Historias de tres mujeres con sombrero rojo’, un libro de relatos que refleja las duras vicisitudes de la existencia

Reseña del escritor Carlos Manzano

Publicado en Arainfo, pinchad aquí para leerlo entero.

Publicado por Huerga & Fierro y firmado por Pilar Aguarón Ezpeleta, Marta Navarro Garcí­a y Ana Rioja Jiménez, este libro está dividido en tres partes, ‘El almacén de las vidas robadas’, ‘Al otro lado de la frontera’ y ‘Retazos de literatura y vida’, cada una a cargo de una autora

sombrero

No es habitual que un libro escrito por tres autores o autoras diferentes presente una unidad conceptual y estilística tan acusada como sucede con ‘Historias de tres mujeres con sombrero rojo’, publicado por Huerga & Fierro y firmado por Pilar Aguarón Ezpeleta, Marta Navarro Garcí­a y Ana Rioja Jiménez. Y sin embargo esta obra ofrece una coherencia en sus contenidos y una afinidad formal incuestionables.

El libro está dividido en tres partes, ‘El almacén de las vidas robadas’, ‘Al otro lado de la frontera’ y ‘Retazos de literatura y vida’, cada una a cargo de una autora, pero aun así­ todas las historias parecen atravesadas por un mismo aroma que les confiere cierto denominador común: el tiempo, lo que fuimos y lo que somos, lo que hubo y lo que soñamos que habría, la vida, el silencio, los recuerdos.

Aunque todos los relatos se mueven a un excelente nivel literario, me gustaría, por razones de espacio sobre todo, destacar uno de cada autora.

De Pilar Aguarón me ha parecido especialmente sobresaliente el que lleva por tí­tulo ‘Mi hermana Inés’, el cual además encabeza el libro, una historia que pone de manifiesto que en ocasiones el lugar común, o eso que a veces se llama «sabiduría popular», no es más que una excusa para evitar entrar a fondo en las complejidades de lo real, para no ver que todo tiene un envés y que a menudo el mayor error que podemos cometer es aceptar las formas convencionales de entender la vida.

Marta Navarro construye en su relato ‘Frontera’ un magní­fico ejemplo de cómo a menudo las injusticias más flagrantes tienen lugar porque aquellos que deben desempeñar un papel, y por cuyo cometido son debidamente remunerados, no dudan en cumplir escrupulosamente con su labor.

Y de Ana Rioja me atreverí­a a destacar el texto titulado ‘Las lágrimas con sabor a anchoa de Beatriz’, una excelente muestra de hasta qué punto la ignorancia, aunque estemos movidos por la buena voluntad, se convierte a menudo en un terrible generador de desgracias y puede llegar a provocar un daño terrible.

En resumen, un excelente libro de relatos de tres magníficas escritoras que juegan a la perfección con el pasado, con el tiempo y con las duras vicisitudes de la existencia. Altamente recomendable.

 

‘Historias de tres mujeres con sombrero rojo’, un libro de relatos que refleja las duras vicisitudes de la existencia

Historias de tres mujeres con sombrero rojo

En este año de pandemias, geles, mascarillas y distancia física, año extraño y convulso donde los haya, las palabras vienen dispuestas a abrir espacios, esos espacios que durante tanto tiempo han permanecido cerrados.  Para mí es un placer y un honor formar parte de este libro donde las historias invitan a ser escuchadas, a cobijarte en ellas, a disfrutarlas. “Historias de tres mujeres con sombrero rojo” está lleno de vida, de silencio, de recuerdos, de personajes tan distintos de una historia a otra como complementarios.  Tengo la suerte de compartir esta publicación con las extraordinarias escritoras Pilar Aguarón y Ana Rioja. Distintas formas de narrar dan texturas diferentes y es precisamente en esa diferencia donde se refuerza la intensidad del libro. Cuando ya te has acostumbrado a una forma de mirar y de contar, otra bien distinta viene a continuar el arte de enhebrar historias. El resultado es tan diferencial como armónico. Una extraña química recorre las páginas de “Historias de tres mujeres con sombrero rojo”. Y estoy feliz de formar parte de este volumen en tan buena compañía.

Huerga & Fierro es la editorial que da cobijo a esta publicación que en breve presentaremos primero en Zaragoza y después en otras ciudades.  Tendremos toda la seguridad que los tiempos exigen. Respetaremos la distancia necesaria en cada presentación, podéis estar seguros, pero no habrá distancia para las palabras, para las historias, porque hoy más que nunca las necesitamos.

Gracias, Ana, y gracias, Pilar, por esta aventura compartida.

 

Otro Bloomsday para disfrutar

I miss the Bloomsday

Hoy se celebra el Bloomsday en Dublín. He asistido a la cita dos años seguidos, pero esta vez no estaré en la calle O’Connell ni en Grafton Street, ni formaré parte de la folclórica, sí, pero divertida y excitante ruta que anualmente se hace en la ciudad recordando la particular jornada de Leopold Bloom. A estas alturas ya todo el mundo sabe que hablamos del Ulises de Joyce.

Echaré de menos una pinta negra, no echaré en absoluto de menos el asqueroso menú que tan claramente describe Joyce en la novela. Ese día se representa toda la jornada de Mister Bloom, a excepción del arte de la felación en la primera cita de Nora Barnacle. Al menos yo no he visto la representación, pero conociendo a los irlandeses igual hay algún local donde a la par que te dan una sopa incomestible se representa la maestría de Nora con su lengua, sus manos y su talento para ponerle nombre a las cosas.

En fin… que, a falta de un buen pub irlandés auténtico y sin adornos gilipollas, me buscaré un buen disco de música irlandesa, visitaré Innisfree y llamaré a los que tienen la suerte de estar hoy allí para que me cuenten cómo ha ido la jornada.

Para el que quiera leer el último párrafo del Ulises de Joyce aquí subimos esta joya. A mí me gusta mucho.

(…) sólo miré a lo lejos al mar y al cielo estaba pensando en tantas cosas que él no sabía que Mulvey y el señor Stanhope y Hester y papá y el viejo capitán Groves y los marineros jugando a los pájaros volando y a la pídola como lo llamaban ellos en el muelle y el centinela delante de la casa del gobernador con la cosa alrededor del casco blando pobre diablo medio asado y las chicas españolas riéndose con sus mantillas y sus peinetas altas y las subastas por la mañana los griegos y los judíos y los árabes y no sé quién demonios más de todos los extremos de Europa y Duke Street y el mercado de aves todas cacareando junto a Larby Sharon y los pobres burros resbalando medio dormidos y los vagos con sus capas dormidos a la sombra de las escaleras y las grandes ruedas de los carros de los toros y el viejo castillo de miles de años sí y esos moros tan guapos todos de blanco y los turbantes como reyes pidiéndote que te sentaras un momento en su poco de tienda y Ronda con las viejas ventanas de las posadas, los ojos atisbando una celosía escondidos para que su amante besara las rejas y las tabernas medio abiertas de noche y las castañuelas y la noche que perdimos el barco en Algeciras el vigilante dando vueltas por ahí sereno con su farol y ah ese tremendo torrente allá en lo hondo ah y el mar el mar carmesí a veces como fuego y las estupendas puestas de sol y las higueras en los jardines de la Alameda sí y todas esas callejuelas raras y casas rosas y azules y amarillas y las rosaledas y el jazmín y los geranios y los cactus y Gibraltar de niña donde yo era una Flor de la montaña sí cuando me ponía la rosa en el pelo como las chicas andaluzas o me pongo una roja sí y cómo me besó al pie de la muralla mora y yo pensé bueno igual da él que otro y luego le pedí con los ojos que lo volviera a pedir sí y entonces me pidió si quería yo decir sí mi flor de la montaña y primero le rodeé con los brazos sí y le atraje encima de mí para que él me pudiera sentir los pechos todos perfume sí y el corazón le corría como loco y sí dije sí quiero Sí.

Poesía para perdidos

El viernes día 21 hay un buen número de eventos poéticos. Mis mejores deseos para todos. Si os apetece acompañarnos a Montse Grao, José Gabarre y a mí, estaremos encantados de compartir poemas con vosotr@s. Los tres acabamos de publicar libros. Los tres andamos con historias en los bolsillos. Zaragoza, ciudad de eventos poéticos y de cierzo. Os esperamos.

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Habemus libro: Hijas de la Tormenta

Habemus libro. Y en mitad de tanto ruido, con el otoño subiendo las escaleras, comparto que en breve publico un nuevo libro de poemas. Textos que llevan lloviendo un tiempo, que se han adentrado en bosques y desiertos, en hospitales, en círculos de palabras punzantes, pero también cálidas. Un libro con sello aragonés, ahí está Marina Heredia Ríos organizando este telar de palabras que irá pronto a la imprenta, con Los libros del Gato Negro como GPS.
En breve os comento más cosas, incluso os voy a pedir que juguéis conmigo en las próximas semanas a algún que otro acertijo poético, pero eso ya para más adelante. Por ahora voy dejando por aquí algunas cosas. La invitación a la presentación, por ejemplo.

 

 

 

 

El desahucio de los Masáis en Kenia

Masáis en Kenia: desahuciados por la crisis climática y las renovables

Una de las mayores comunidad pastoralistas de África oriental se ve forzada a migrar y adaptarse a los factores meteorológicos y políticos que dinamitan su estilo de vida tradicional

Artículo deTxell Escolà . El País

Noolaisanka Leposo conversa con su vecina Mairetwai Svuji en Oleleshwa, en el condado de Narok, al sur de Kenia.

Hace unos 40 años que el clima empezó a cambiar”, dice Noolaisanka Leposo mientras ahuyenta las numerosas moscas que descansan en su cabeza rapada. Sentada en su pequeña casa de barro en el pueblo de Oleleshwa, en el condado de Narok (sur de Kenia), a Leposo le cuesta calcular los años porque se guía por los episodios de El Niño, un ciclo climatológico en el océano Pacífico que tiene un impacto global y que ocurre en períodos de tres a siete años.

El cambio, dice, ha estado marcado por una reducción progresiva de las lluvias que ha ido degradando la tierra y ha llevado a los pastores a una situación crítica. El ganado muere de sed y de hambre, las migraciones son cada vez más largas y la deforestación, más severa. El cultivo se ha vuelto, en algunas épocas, misión imposible. El acceso al agua es un auténtico desafío para muchos masái, que están enfermando por beber de “estanques muy sucios en pequeñas presas donde el agua se mezcla con la orina de animales salvajes y vacas”, apunta Leposo.

A esta contienda se le suma el desahucio de miles de pastores de esta etnia para la instalación de plantas de energía geotérmica en el valle del Rift. Kenia lidera la producción de energía renovable en el continente y tiene previsto que se convierta en la única fuente de electricidad en los próximos tres años (actualmente cubre el 70%).

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