¿Y si envenenaran a Teodoro, el gato de Cortázar?
El estupendo y necesario artículo de Paula González en «El caballo de Nietzsche», de Eldiario.es
Teodoro era el gato que convivía con Julio Cortázar y a quien el escritor dedicó numerosas páginas y muchas horas de su tiempo. Cultivar una amistad tan peculiar como esa no es algo exclusivo del genio argentino. Virginia Woolf, Truman Capote o Borges sabían que estos felinos son gente con mucha personalidad, con un carácter propio, único e inconfundible. Cualquiera que haya tenido la suerte de compartir su vida con un gato, lo sabe.
Algunos responsables públicos, en ayuntamientos y en comunidades autónomas, comienzan a percibir la creciente preocupación social por el bienestar y la seguridad de los felinos en los núcleos urbanos. Pero son las asociaciones protectoras, entidades sin ánimo de lucro, quienes trabajan sin descanso para contribuir a crear esa conciencia social colectiva hacia unos animales que apasionaron a Cortázar, Woolf, Capote o Borges. A los gatos hay que protegerlos, aunque no vivan bajo nuestro techo, porque son vulnerables y porque con ello salvaguardamos una parte esencial de nosotros mismos, aquello que nos hace más humanos.
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LA NOCHE
He llegado al embarcadero de la noche,
desnuda y con hambre de luz.
Ya nada podrá detenerme.
Lo acabo de leer y me ha recordado la escena de la terraza, cuando Jep Gambardella hace su aparición en la fiesta de su cumpleaños…
bss