La venganza de Laika (un cuento de Navidad)

He tenido un sueño rarísimo.

Una mañana el mundo despertaba con la desaparición de todos los ingenieros aeronavales. Al poco tiempo se descubría que cada uno de ellos estaba encerrado en una cápsula vagando por el espacio infinito. Las cápsulas tenían unas letras brillantes donde podía leerse: «Feliz viaje de parte de Laika».

En la Tierra, entre cientos de botones y teclas una pezuña se abría paso en una inmensa sala de mandos. Se escuchaban ladridos de fondo, incluso se oían los sonidos de animales de la selva. «Por Laika», aúlla un lobo. «Por Laika», responden todos en el idioma universal de los que sufren.

Me he despertado justo cuando decidían si traer de vuelta a la Tierra a los ingenieros o los dejaban perdidos por el eterno cosmos.  «No es fácil ser tan inhumanos como los humanos», musita un galgo rescatado por activistas de NAC.

Este sueño se lo dedico a todas las Laikas de los laboratorios del mundo.


Deja un comentario