El año 2014 ha decidido venir un rato y darme una alegría. Llamada de teléfono: ¿Hola, puedo hablar con Marta Navarro? Sí, soy yo. Enhorabuena, Marta, ha ganado usted el premio de cuentos “Ciudad de Tudela”. Qué gusto empezar así el año. Acabo de volver de Tudela, os cuento aquí cómo ha ido. Podéis leer la noticia en EL diario de Navarra
Ver tanta gente joven en los Premios Ciudad de Tudela es una gozada. Se nota que en estos años han hecho cantera de poetas y narradores, gracias a los premios infantiles y juveniles que han conseguido involucrar a colegios e institutos de toda España y más allá. El acto de entrega de los galardones se celebró en el centro cultural Castel Ruiz, un espacio emblemático que ha permitido recuperar un convento jesuita del siglo XVII de gran belleza. Precioso el salón de actos lleno de gente, no cabía un alfiler, con el escenario decorado con terciopelo granate de lo más teatral, luces cálidas, micrófono cómplice y silencio, ese silencio necesario para explicar cómo surgió “Una taza de té para Tía Bridget”, el cuento que envié y que ha resultado premiado, una versión oscura de la historia de Hansel y Gretel que me perseguía hace tiempo. Desde que una tarde, viajando por Holanda, un autobús me dejó frente a una casa extraña. Una casa y unos seres tan enigmáticos que no pude quitármelos de la cabeza, hasta que decidí sacar los demonios y alguna dosis de venganza y volcarlos en este relato. Ahora ya no me agobian, se han ido los fantasmas. Para eso está la literatura. También pude conocer al poeta Julio Béjar, ganador del Premio con un poema impresionante, de esos que te enganchan y que te hacen aplaudir con ganas. Lo subiré enseguida. Vivan los cuentos y viva esa gente tan joven que ama escribir, auténtica cantera de lectores y ojalá también de escritores.
Pues vaya un enorme ¡Felicitaciones! Tanto por el premio como por la grata compañía.
Nena, tu vales mucho
¿Cuando podremos leerlo?
Enhorabuena guapa.