Me han hecho una entrevista en “Lápiz andante”. Procuro escaparme en distintas direcciones cuando me preguntan, pero otras veces creo que la sinceridad y la ironía son importantes. Aquí una de las preguntas: Te imaginas estar en un universo acompañado de todos los escritores del mundo. ¿Con qué escritores te gustaría entablar una amena conversación? ¿Por qué?R. He comprobado que a veces es mucho mejor leer los libros de los autores preferidos que tomar café con ellos, o con ellas. Un libro puede ser fascinante, pero no tanto quien lo escribió. Gracias, Lápiz Andante, por tu paciencia y por dejarme responder con libertad. Un placer.
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ENTREVISTA
En todo escritor(a) fluye una esencia invisible que hace visible en el corazón de sus lectores el amor por la lectura. ¿Cómo te definirías y cuál crees que es la esencia que deseas transmitir a tus lectores?
R. Soy una persona en construcción, lo que tengo alrededor lo percibo de diferentes formas según pasa el tiempo, y eso también se proyecta a la hora de escribir, ya sea poesía, relatos o artículos de opinión. Cada género es un paisaje distinto que necesita un enfoque distinto. Siempre recuerdo las sugerencias del poeta Billy Collins cuando dice que en un poema más de dos son multitud y que los poetas deben estar en sus ventanas. En los cuentos intento que la atención vaya in crescendo. En los artículos hago lo posible para que mi opinión quede atrás y que sólo la información sea protagonista. Pero en los tres géneros intento que la emoción prevalezca. Si consigues eso, la implicación con el lector o la lectora es casi segura. Definitivamente, contar historias y emocionar es algo que espero que alguna vez pueda ser mi esencia, lo que me defina.
Te imaginas estar en un universo acompañado de todos los escritores del mundo. ¿Con qué escritores te gustaría entablar una amena conversación? ¿Por qué?
R. He comprobado que a veces es mucho mejor leer los libros de los autores preferidos que tomar café con ellos, o con ellas. Un libro puede ser fascinante, pero no tanto quien lo escribió. Así que voy a mencionar a autores que ya no están entre nosotros, aunque siguen estando a través de su obra. Sin ninguna duda, Antón Chéjov y Mary Shelley. En Chéjov está todo, es todo un universo. Pensar que Mary Shelley tenía 19 años cuando escribió “Frankenstein o el moderno Prometeo”, me sigue fascinando. Pero humildemente, no conversaría con ellos en una primera cita. Me sentaría a un lado de la mesa con un buen té y un cuaderno donde anotar para poder aprender.
Una pregunta regular y corriente, de cajón por decirlo, en la literatura sería: ¿El escritor nace o se hace? Desde el punto de vista personal ¿Cuál sería tu opinión?
R. Hay personas que tienen unas aptitudes innatas para escribir, pero creo que hay que pulir, desarrollar, trabajar para hacer una obra maestra. En realidad, creo que ambas cosas son importantes. El escritor nace, pero también se hace.
Navegando en el mar de los recuerdos, podrías cerrar los ojos y retroceder en el tiempo para rememorar aquel primer contacto con la escritura. ¿Recuerdas cuál fue tu primer escrito: poema, relato u otra inspiración?
R.Tuve la suerte de crecer en una sastrería donde mi padre y sus compañeros de trabajo practicaban la tradición oral. A mí me encantaba escucharlos, así que después escribía intentando recuperar lo que había escuchado, pero cambiándolo a mi antojo. Me di cuenta de que cuando escribía el tiempo no existía, podía hacer que el futuro viniera al presente o que el presente se convirtiera en pasado. Y eso me producía seguridad. Era como tener poder, el poder de reescribir un poema o una historia era mío. No importaba lo que sucediera en la vida real, dentro de mi cuaderno de notas el mundo me pertenecía.
Cuando publicas tu primera obra literaria es como estar presente en el parto de tu primera hija o de tu primer hijo. Es una sensación indescriptible. ¿Cuántos libros has publicado? ¿Qué destacarías de ellos?
R. En mi caso, no veo relación alguna entre un parto y la creación de un libro. Tengo entendido que cuando tienes un hijo o hija, el cuidado dura por lo menos hasta la mayoría de edad. Yo cuando termino un libro le doy ya la libertad para caminar por su cuenta. El mayor esfuerzo es durante el período de escritura; después es el público quien decide la vida de ese libro.
He colaborado en alrededor de veinte publicaciones colectivas. En solitario he publicado cuatro poemarios: “La victoria del heno”; “Ocho islas y un invierno”, “Vietnam bajo la cama” e “Hijas de la tormenta”. Durante la pandemia publiqué, junto a las escritoras Pilar Aguarón y Ana Rioja, el libro de relatos “Historias de mujeres con sombrero rojo”. Una experiencia muy interesante fue antologar, junto a Ruth Toledano, la preciosa antología de poemas “Naciendo en otra especie”. Algunas obras han merecido cierto reconocimiento y eso me anima a seguir escribiendo: como los premios de poesía Gabriel y Galán y Victoria Kent, y en especial los premios Ciudad de Tudela tanto en relatos como en poesía en años sucesivos.
En la actualidad las redes sociales son como el pan de cada día. ¿Cuál es tu opinión acerca del papel del escritor en este mundo digital?
R. Creo que debemos adaptarnos a las redes sociales, sin caer en ellas, sin convertirnos en sus esclavos. Son una herramienta más. El cómo las gestionemos es tan importante como las propias redes sociales.
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