Shakespeare’s Globe y el International Rescue Committee

Monólogo escrito por William Shakespeare para Thomas More (Tomás Moro).

El Shakespeare’s Globe y el International Rescue Committee – Europe han realizado este vídeo. Participan actores reconocidos junto a refugiados de Sudán del Sur, Sierra Leona y Siria. Sus nombres son: Kim Cattrall, Yasmin Kadi, Jamael Westman, Noma Dumezweni , Indira Varma, Lena Headey, Sophie Thompson, Sawsan Abou Zeinedin, Mohand Hasb Alrosol Badr, Rayan Azhari, Alfred Enoch, Sana Kikhia.

 

Expulsados sean, sí. Y con ellos el ruido
que ha expulsado la Majestad de Inglaterra.
Imaginad que véis a esos desgraciados extraños,
sus bebés a la espalda y su pobre equipaje,
a paso lento hacia los puertos y transportes,
mientras vosotros, sentados como reyes de vuestros deseos
y la autoridad silenciosa en gorguera con vuestra opinión arropada.
¿Qué habréis obtenido? Os lo diré:
“Habréis enseñado cómo insolencia y mano dura prevalecen,
cómo el orden se sofoca y por este patrón
ninguno de vosotros debería llegar a viejo,
pues otros rufianes, forjando sus fantasías,
con la misma mano, mismas razones y derecho
os morderían, y hombres como peces voraces
se alimentarían los unos de los otros.
Ah, desesperados. Bañad en lágrimas
vuestras mentes débiles, y esas mismas manos,
que alzáis rebeldes contra la paz, alzadlas por la paz,
y postrad vuestras rodillas a la altura de los pies
para que supliquen ser perdonadas.
Hablaréis mal de los extranjeros, les mataréis, degollaréis, tomaréis sus posesiones,
y dejaréis escurrir la majestad de la ley como un perro.
Cuando el Rey (pues es clemente) deba cumplir la ley,
enmendar los crímenes y desterraros, ¿dónde iréis?
¿Qué país, vista la naturaleza de vuestro error
debería ofreceros asilo? Id a Francia, o Flanders,
a cualquier provincia germana, a España o Portugal.
No, sino a algún lugar que no se adhiera a Inglaterra-,
y bien siendo extranjeros os gustaría encontrar una nación
de tal temperamento bárbaro que rompiendo en la violencia espantosa
no os permitiese una morada en la tierra,
blandiendo detestables cuchillos contra vuestras gargantas,
rechazándoos como perros, como si Dios clamase no haberos hecho
ni merecedores de las comodidades reclamadas, negando las mismas.
¿Qué pensaríais al ser de tal modo tratados? Ésta es causa de los extranjeros;
y ésta es causa de vuestra descomunal inhumanidad.*