Los pobres
no pueden permitirse una depresión:
cuando no están cubiertas ni las necesidades básicas
hay cosas más importantes en que pensar.
Y quienes sí las tenemos cubiertas
no debemos permitirnos una depresión:
somos nosotros quienes disfrutamos del margen
de pensamiento y acción que permitiría
derribar el sistema que crea pobres y se nutre de los pobres
y sería criminal
malbaratar ese margen.
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Jorge Riechmann. El común de los Mortales. Tusquets Editores.