Yo creo que Jesucristo esta Semana Santa estaría de acuerdo en ceder su vía crucis a los miles de refugiados maltratados por los estados europeos. Él como gran ser que fue seguro que piensa que ya ha tenido mucho tiempo su obra en cartel y que ahora son otros los que sufren y son ahogados en el barro de una Europa cada vez más inhumana. Siguiendo el rastro de los primeros cristianos, no del marketing ni de los compiyoguis de la religión, puedo asegurar que Jesucristo estaría hoy en los campos de refugiados, jamás, jamás, detrás de ninguno de los pasos.
Aviso para gente con ganas de linchamiento: este post lo he escrito desde la educación, pero también desde el dolor que me provocan estos días al encender la televisión y pasar de las imágenes crueles de niños muertos de frío en Calais a los pasos religiosos de la Semana Santa. Yo no soy creyente, pero de vez en cuando hablo con Jesucristo, o con Dom Pedro Casaldáliga que es el hombre más cercano a Jesucristo que conozco. Dom Pedro que vive en la Tierra. Dom Pedro, al que amo y respeto sin condiciones.
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En el origen de ese «viaje» hay un conflicto religioso de por medio.