Una cosa es indignarse, con toda razón, contra el acto terrorista que diezmó a los mejores caricaturistas franceses. Se trata de un acto abominable y criminal, imposible de ser apoyado por cualquiera que sea.
Otra cosa es buscar entender analíticamente por qué tales sucesos terroristas ocurren. No caen del cielo azul. Detrás de ellos hay un cielo oscuro, hecho de historias trágicas, matanzas masivas, humillaciones y discriminaciones, cuando no de verdaderas guerras como las de Iraq y Afganistán que sacrificaron vidas de miles y miles de personas o las obligaron a marchar al exilio.
Estados Unidos y varios países europeos han conducido estas guerras. En Francia viven algunos millones de musulmanes, la mayoría en las periferias de las ciudades, en condiciones precarias. Muchos de ellos, aunque hayan nacido en Francia, están altamente discriminados hasta el punto de surgir una verdadera islamofobia. Después del atentado a las oficinas de Charlie Hebdo…
Ver la entrada original 668 palabras más