Guerrilla Girls, el arte y las mujeres
Las mujeres aunque extremadamente visibles como seres sexuales, permanecen invisibles como seres sociales. Monique Witting.
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Guerrilla Girls
No me gustan las mujeres que callan,
y menos si están ausentes,
y menos aún si esa ausencia las convierte en invisibles.
Estar y no ser visible, una historia que se repite.
Por ejemplo: en el Museo de Arte de Nueva York,
sólo un 5% de cuadros pertenece a pintoras;
sin embargo, el 85% de los desnudos
pertenece a mujeres.
En los años ochenta, un grupo de artistas neoyorkinas
sacó la marginación a la luz con humor.
Hartas de la genética discriminatoria del sistema,
pasaron a la acción bajo el nombre de Guerrilla Girls.
Se parapetaron tras máscaras de gorila
bajo identidades de artistas fallecidas
y se armaron de estadísticas.
Unos sencillos cálculos bastaron para demostrar
que en el arte apenas había lugar para las mujeres.
Se pasearon en un gigantesco autobús con un gran cartel amarillo
que decía: ¿tienen que desnudarse las mujeres para acceder al Museo?
Y consiguieron enrojecer a los responsables del Metropolitan.
Eso fue en los años 80, como lo fue en los 70, 60, 50,
y así hasta perdernos en un mar de siglos de conquistas y derrotas.
El machismo sigue siendo el apartheid
más largo de la historia,
un apartheid que siempre quiere meternos
bajo su mesa camilla.
Por cierto, tampoco me gustan los hombres que callan,
si eso significa que están como ausentes.
Marta Navarro García«. Vietnam bajo la cama». Amargord editorial
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