De regreso de Tordesillas. Cientos de lanzas rotas en el mismo campo, tierra, hierba donde dentro de unos días destrozarán a Volante, denuncia puesta en Valladolid “El Toro de la Vega es ilegal”, exceso de biodramina, bocadillos sin heridas y una jornada repleta de emociones agridulces. Ah, y mucho bochorno ante la cara atónica y perpleja de los activistas holandeses que han venido. Sí, yo también siento vergüenza.

Volante, mañana serás lanceado en Tordesillas, te clavarán lanzas hasta alcanzar tus pulmones para desangrarte lentamente, te gritaran mientras te apedrean, se te mutilará y si al final de todo esto tardas en morir, te introducirán en el cuello un destornillador, como sucedió el año pasado.

Volante, ojalá el año que viene todo esto sea sólo un mal recuerdo. Ojalá no sea necesario seguir repitiendo lo mismo, esto es una salvajada, un asesinato, una vuelta atrás que hay que parar YA!

Me llamo Volante y en unas horas van a destrozarme. ¿Hasta cuándo vais a permitir esto?

¡NO AL TORO DE LA VEGA, NO AL MALTRATO ANIMAL, NO AL SILENCIO!