En el blog de la periodista Pilar Barranco se puede leer un texto emocionado y tierno sobre el adiós de José Antonio Labordeta. Pinchad aquí para leerlo.
Y en el blog del escritor Víctor Juan Borroy. Pinchad aquí.
Y en Born to Run. Pinchad aquí.
En el blog de la periodista Pilar Barranco se puede leer un texto emocionado y tierno sobre el adiós de José Antonio Labordeta. Pinchad aquí para leerlo.
Y en el blog del escritor Víctor Juan Borroy. Pinchad aquí.
Y en Born to Run. Pinchad aquí.
A veces, aún sin haber conocido personalmente a alquien, cuando éstos se marchan, sientes el vacío que deja. Me pasó recientemente con Delibes, con Saramago y muy especialmente con Labordeta. Una tristeza, congoja, nudos en la garganta y lágrimas, como aquella vez que murió «Chanquete» el aquella serie de ficción de Verano Azul.
Escribí anoche una entrada en mi blog dedicada al «abuelo» no sólo de Aragón, sino de todo el país. En uno de los enlaces que pongo, Fran Sevilla dice que el mundo en que vivimos es mejor gracias a personas como él, y que en estos tiempos de tanta mediocridad, se hace difícil prescindir de personas de la calidad humana y política de Jose Antonio.
Si no fuera porque no creo en dioses y no me gustan nada todas estas redes sociales tan superficiales, llenas de egos, banalidades, frivolidades y tontás varias; me apuntaría al grupo de Facebook «Dios, si nos devuelves a Labordeta, te damos todos los demás políticos». También he leído algún artículo por ahí y algún que otro comentario que justifican que Labordeta los mandara la la mierda en el Congreso de los Diputados. Demasiado «suave» fue. Se quedó corto. muy corto.
Qué preciosidad de crónicas. Se siente la emoción, el amor, la gratitud.
Un abrazo,
Ana