En recuerdo de Joy Alegría y George Adamson (I)
Nací en el casco viejo de la ciudad de Zaragoza, pero pasé la adolescencia en el barrio de la Almozara, entonces llamado «La Química» por la fábrica que presidía el barrio, justo a la entrada. Un lugar árido, feo, tristón, nada que ver con el actual. Quizá por eso me impactó tanto la película «Born Free», nacida libre. Tanto que logré convencer a mi padre para que nos quedáramos a la segunda sesión y me las ingenié para asegurarme que mi abuela me llevara al día siguiente para verla una tercera vez. En una semana la vimos siete veces. El paisaje de África, los amaneceres, los árboles, el sonido de la noche en la selva, Elsa y Joy Alegría, la protagonista de la que me enamoré completamente… No sólo quería ser como ella, quería casarme con ella. He visto Born Free varias veces después, y por supuesto la película ha envejecido, incluso tiene un cierto tufillo eurocéntrico que me espanta, pero la emoción que me produce no ha cambiado, sigue intacta, incluso con el paso de los años. Siento pasión por el paisaje, por la música, por Elsa, por George y por supuesto por Joy . Y tanto respeto ha impedido que en todos estos años no haya hablado de ella, de ellos.
Mil gracias, George y Joy.