Marzo y yo, incompatibles y unidos
Marzo me asusta. Es un mes puntiagudo, con perfil de tormenta y aroma a desconcierto. En un mes de marzo despedí a mi padre y a una buena amiga. Marzo siempre ha sido el mes de las rupturas emocionales. Esta vez, marzo me ha regalado la operación de mi perra Ada, treinta puntos y varios quistes, y también en marzo Estrella, mi gata, ha sufrido dos trombosis. Cuando me miraban sobre la camilla de acero, sentí arenas movedizas bajo los pies. Lo digo en serio. La única vez que perdí el rumbo de las cosas fue en un mes de marzo. A estas alturas el mes me tiene acobardada, cansada, con ganas de dejar las cosas a su marcha y largarme en dirección contraria. Por ejemplo, zambullirme en el mes de mayo que siempre me ha sido favorable. Pero este mes también tiene su lado bueno, en marzo nacieron dos excelentes amigas. Amigas de la infancia, «Las piscis», somos tres, así nos llama Emilio Lacambra cuando nos ve aparecer en estas fechas por su santuario restaurante. Sí, porque yo resulta que también nací en marzo.También mi querido Franco Battiato, el día 23; más o menos para esa fecha la oscuridad escampa. No sé, cada uno tiene sus más y sus menos con las cosas, yo la tengo con el mes de marzo. Y si lo cuento es porque creo que así se alejará de mi calendario personal. Cosas mías, un desvarío personal pero transferible. Gracias por aguantar la chapa. Besos.