«Las cenizas de Gramsci», de Pasolini.
noviembre 20, 2009
Se me ha pegado al ojo un libro, no consigo quitármelo. En realidad lo llevo siempre en el bolso, como si fuera un carmín, un peine o un caramelo para la tos. «Las cenizas de Gramsci», de Pasolini. Yo le digo que se vaya, que se separe un poco de mí, pero nada, allá donde voy los poemas y las cenizas de Gramsci me acompañan. Un día me curaré. Estoy por comprarme un libro del cenizo de César Vidal para contraprogramar un poco mis manías. Sí, ya sé, no es solución.
Desvaríos propios.