Tan pequeños.

Texto de Guillermo Pardo. Tomado de su blog «Migramundo«. Leído en silencio, despacio, con respeto y con alegría por encontrar de vez en cuando textos tan bellos y necesarios.

Tan pequeños, tan valientes, tan responsables

Cuando veo a un menor a bordo de una patera siempre me imagino en su lugar. Me entra entonces un miedo cobarde que me impele a mirar hacia otra parte. Yo no sería capaz de hacer lo mismo que ellos, ni siquiera si la causa es tan imperiosa como el mantenimiento de la familia. Al menos, dudo de que lo pudiera hacer. Yo no vivo en África. A lo sumo, emigraría a Suiza.
Un estudio de la Fundación Nuevo Sol presentado el lunes en Casa África afirma que el cien por ciento de los 928 menores africanos que llegaron en cayucos a Canarias en el 2006 arriesgaron sus vidas para conseguir un trabajo y sostener económicamente a sus familias. Más de la mitad volverían a repetir la experiencia pese a la dureza y a las condiciones extremas de la travesía.
Hay dos datos en este informe que llaman especialmente la atención y, al mismo tiempo, estremecen:
Primero, que Sigue leyendo «Tan pequeños.»

Mesilla de noche nortubiana.

Me he colado en la mesilla de noche de Álex Nortub. De quien tengo pendiente aún por leer su libro » Tras el pinar un grito «. En la mesilla estoy bien colocada. A ver quién me encuentra. Me siento como una colonizadora de mesillas nocturnas. Me siento rara cuando veo mi nombre escrito en un libro.  El instituto que me pidió que preparase el guión del cuento «Ricci y el ladrón de bicicletas» también me  plantifica en su programa.  Yo creo que debe ser otra que se llama como yo y a veces escribe. Me siento rara. Vete tú a saber… [Pinchad en la imagen para ampliarla]

El blog de Álex Nortub, dueño de un Hotel junto a la vía muy interesante y muy pictórico y recomendable. Para ver el blog de Álex y ocupar una habitación pinchad aquí.

Gracias, Álex.

Sí, lo sé. Soy la reina de los despistes.

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De camino a casa, en un autobús más vacío que de costumbre y con mi mp3 sin pilas, escucho la radio que el conductor tiene a todo volumen. El locutor  pregunta algo un tanto peculiar. ¿Has pensado alguna vez cómo será tu muerte?, el entrevistado contesta, rodeado de los míos y lo más tarde posible.

A mí me ha dado por escudriñar la pregunta que reconozco que me ha dejado algo «tocada».  Y sí, yo ya sé de qué moriré.  No será por un golpe de calor, ni de corazón, no, no.  Tampoco será buceando, por fin puedo mandar a la mierda al imbécil de Spielberg, culpable de que cada verano cuando estoy a unos metros de profundidad en el mar, me dé por recordar «su tiburón» y  acabe saliendo a la superficie porque una pobre sardina me ha rozado la rodilla provocándome un susto tremendo.  No, tampoco será por decepciones, ni por ira, ni siquiera por cansancio, que es el sentimiento más fiel que atesoro.

Yo moriré de un ataque agudo de despiste. Acumularé tantos errores que al final moriré por eso.   En una semana y por segunda vez, he desayunado pienso de gatos en lugar de mis cereales. No veáis lo asqueroso que es cuando se disuelven en soja.   He perdido cuatro veces en un día el móvil.  He enviado un correo equivocado a la persona equivocada. Me he olvidado de una cita, he acudido tarde a otra.  Por error se han enfadado dos personas, cinco gatos y cuatro perros conmigo. Y por despiste me he tomado a las seis de la mañana una pastilla para dormir en lugar de una pastilla para la tos.   Me he quedado dormida sobre las siete, felizmente dormida, en un sueño químico, falso, sin recuerdos, sin sueños, sin pesadillas, sin obligaciones, un sueño plano como un desierto.  Sí,  yo moriré por un ataque agudo de despiste.

Los que me conocen saben que cuando el despiste alcanza cimas importantes lo paso mal, muy mal. Y si es en público peor, mucho peor. Hace unos meses quise ser abducida por la taza de café que tenía en las manos y desaparecer de la faz de la tierra por un rato.

Digo todo esto para que nadie se enfade demasiado conmigo.  Lo mío no es sino puro y simple despiste. He leído que esto es propio de los piscis. Sed benevolentes.

Anda, decidme que vosotr@s también os despistáis alguna vez. Anda…

«Las cenizas de Gramsci», de Pasolini.

Se me ha pegado al ojo un libro, no consigo quitármelo. En realidad lo llevo siempre en el bolso, como si fuera un carmín, un peine o un caramelo para la tos. «Las cenizas de Gramsci», de Pasolini. Yo le digo que se vaya, que se separe un poco de mí, pero nada, allá donde voy los poemas y las cenizas de Gramsci me acompañan. Un día me curaré. Estoy por comprarme un libro del cenizo de César Vidal para contraprogramar un poco mis manías. Sí, ya sé, no es solución.

Desvaríos  propios.

¡Eres diferente, único y genial!

¡Eres diferente, único y genial! Con este mensaje la Plataforma del Voluntariado de España ha realizado una obra de teatro sobre la diversidad que ya han podido disfrutar 2000 niños y niñas entre 3 y 10 años.

Seis actores profesionales dieron vida a Gnomo, Bruja, Nenúfar, Sombrilla, Madre y Sara en  “La niña del pelo amarillo”, una obra musical que según la responsable del proyecto y la bruja de la historia, Begoña Isbert, pretende:“enseñar que las exclusiones son absurdas». Un total de cinco funciones en el Teatro del Carril del Conde de Madrid que disfrutaron 2000 niños y niñas de doce colegios públicos de la Comunidad de Madrid.

Esta iniciativa forma parte de la línea de trabajo del Plan Estatal del Voluntariado en el área de sensibilización cuyo objetivo es sensibilizar desde la escuela. Luciano Poyato, presidente de la Plataforma, señaló que: «no podemos esperar, es fundamental inculcar, cuanto antes, valores de solidaridad, de compartir...En un mundo en el que prima el tanto tienes, tanto vales«. La elección de hacer teatro y Sigue leyendo «¡Eres diferente, único y genial!»

Vampirización municipal o crepúsculo zaragozano»

Ni con GPS puedo entender a José Manuel Alonso, concejal de IU en Zaragoza. Salvar al Alcalde  Belloch de la reprobación del fiasco y despilfarro del proyecto de navegabilidad del Ebro me desconcierta. Igual Alonso se ha comido una vaina extraterrestre, como en la peli de los «Ladrones de cuerpos». En cualquier caso, la vampirización del PSOE es matemática pura. El socio del anterior equipo de gobierno también se dejó engatusar con el caramelo envenenado de «Urbanismo». Ya sabía bien el PSOE lo que hacía, ya. Y CHA, no sé si inocente, torpe o pardilla total se metió en un laberinto del que era dificil salir, sobre todo si algunos medios de comunicación se empeñan en que no salgas. Da igual las siglas que acompañen en la aventura al PSOE del ayuntamiento de Zaragoza. El diente de vampiro lo hinca siempre. Los concejales deberían recordar más a menudo quiénes les votan y no jugar a cuántas fichas me das si te salvo. En especial la izquierda.  Más que importante empieza a ser imprescindible.

Los hermanos Mancuso y Leonardo Sciascia.

«La barbería del pueblo era nuestra academia de música» por  Alejandro Luque

Este artículo esta tomado de la  excelente web MediterráneoSur.

Los hermanos sicilianos Enzo y Lorenzo Mancuso, músicos y musicólogos ofrecen un concierto en Sevilla para inaugurar las jornadas que la Facultad de Filología dedica al escritor italiano Leonardo Sciascia en el 20º aniversario de su muerte. Fratelli Mancuso Quienes alguna vez pensamos que Sicilia es una isla sin música, recibimos de Fratelli Mancuso un rotundo desmentido. Enzo y Lorenzo, dos hermanos originarios de Sutera —provincia de Caltanisetta, en el centro de la isla— llevan 25 años no sólo estudiando y recuperando el patrimonio sonoro de su tierra, sino dándole también continuidad mediante la aportación de nuevas composiciones. “En Sicilia, la música acompaña todos los aspectos de la vida. Desde siempre han dado ritmo a la cotidianidad doméstica, a la del campesino, a la del minero...”, explica Lorenzo. También incide este cantante y músico en el repertorio litúrgico de los lamentos, vinculados a la Semana Santa, “que representan la estratificación de toda la herencia musical siciliana, con elementos árabes, bizantinos, cristianos. Todo llegó desde fuera. Cada colonización que hemos tenido ha dejado una huella, y todo junto acabó desarrollando un estilo muy particular”. No obstante, esas Sigue leyendo «Los hermanos Mancuso y Leonardo Sciascia.»