Este texto es del periodista y amigo Guillermo Pardo y lo he tomado de su blog «Migramundo». Os gustará.
Demasiados puntos G
Las mujeres tienen en la zona genital un punto llamado de Gräfenberg, en honor a su descubridor, al que para abreviar llamamos G y que, según parece, produce múltiples sensaciones placenteras. Podemos deducir, pues, que a más puntos G, más placer.
El mundo, nuestro mundo, tiene muchos puntos G y, sin embargo, no nos producen orgasmos, sino desesperanza, desolación, frustración y otras sensaciones no placenteras. ¿Ejemplos? Demasiados. Veamos:
Tenemos un punto G-4 que quiere estar en todas las fiestukis, un G-5 que aspira a ser invitado a las más importantes, un G-6 que puede organizar las más concurridas, un G-7 que necesitaba un local más grande y pasó a llamarse G-8, un G-15 tan selecto que se reserva el derecho de admisión, y un G-20 que va camino de convertirse en bacanal. A esos, y para que no falte espectáculo, podemos añadir el G-14, es decir, el de los futbiclubes (con perdón).
Mientras tanto, en un rincón de la gran sala se ha quedado, compungido y sin nadie que lo acaricie, el punto G universal, ese que, vistas las faenas que le hacen los anteriores, los onanistas, parece estar situado en el polo opuesto de donde tienen las mujeres el suyo.
Texto de Guillermo Pardo
¡Cuánto punto G!. Es preferible, sobretodo, el punto G de las mujeres… más aún si se les encuentra. El nuestro, ellas lo encuentran muy fácilmente…el punto G de gilipuertas..jeje. Así pues, a seguir buscándolo.
El punto Guillermo, que también es punto G!, ése sí que es bueno. Puntazos tiene, vamos.
Genial. Es un placer leerlo.
Me apunto a lo que dice Dana… El hombre tiene el G de gilipollas.
Besos.
Gracias, Marta, por el enlace y tus alentadoras palabras. Gracias también a tus lectores por sus amables comentarios. Abrazos para todos.
Me encantó el texto, con lo que encierra de condana de la política del terror y de reivindicaciónd el placer femenino
Gracias, Guillermo y Marta!