Todo el mundo comenta indignado las declaraciones de la Reina Sofía.  Gente de izquierdas y el republicanismo español incluido insisten en : ¿por qué no se calla?.  Lejos de estar de acuerdo con tal afirmación, creo que Sofía, como cualquier ciudadan@, puede dar sus opiniones, a pesar de ser tristemente irrespetuosas y homófobas.  ¿A quién le extraña que opine así?,  ¿a quién le sorprende?, ¿por qué seguir hablando sobre si debe hablar o no? Jamás debería negarse a nadie ese derecho. ¿Por qué, en lugar de preguntarnos sobre si debe o no hablar, no nos cuestionamos la existencia de una institución como la monarquía donde los privilegios se heredan? Una institución caduca, absurda, nada democrática y muy, muy costosa. Personalmente quisiera que esas declaraciones las hubiera hecho como ciudadana Sofía, sin coronas y sin privilegios a la vista.

El periodista Pascual Serrano nos recordada este  proverbio chino.  «Cuando el sabio señala la luna el necio mira el dedo». Pues yo también creo que es eso lo que estamos haciendo, mirar el dedo y olvidar la luna.

Sé que es un asunto polémico y que much@s no estaréis de acuerdo con esta afirmación, pero compartir es un lema en este blog y no iba a hacer una excepción con este temita.

La ilustración es del estupendo Rob Gonsales.