Soles y lluvias
Ayer me puse en contacto con las ragazzas. Conozco a Julia hace muchos años, tantos que ni me acuerdo. Julia prepara su boda para finales de mayo con Dana. Está contenta, desconectada del mundo y lo entiendo. Para esas fechas habrá
fiesta en Zaragoza, y eso es una buena noticia. ¿Quieres algo?, le he preguntado, no, nada. O sí, que me llames de vez en cuando.
Luego he llamado a Marta, a quien conozco gracias a Julia y gracias sobre todo a un curso magnífico que compartimos en Madrid sobre poesía y narrativa. Tuvimos un profe duro pero genial que nos enseñó mucho. Nos pulió, también nos enfadó. A mí menos, pero fue estupendo. ¿Cómo vas?, le he preguntado. Muy bien. ¿Quieres algo?, sí, que deje de llover.
Me ha contado que los perros abandonados que tienen acogidos pueden estar en peligro si el río Ebro crece e inunda el terreno. Un esfuerzo tan grande para mantenerlos bien puede dar al traste y eso le ha apartado de «cajas» y demás cosas. Muy organizada la gente que trabaja en este asunto ya tiene un plan, incluso dos. Luego nos hemos reído y al rato me ha llamado para decirme
«hace un tiempo estupendo». Anda, sube algunas fotos de los perros, eso sí, ninguna en la que esté yo. ¿Vale?. Y eso hago: subir algunas fotos, pero subo una en la que sale ella. Yo espero que la lluvia llegue con calma y sin derroches. Lo más curioso es que Julia pedía lluvia porque le agobia el sol y Marta pedía sol porque la lluvia puede ser catastrófica. Este post es más telefónico que otros. Pero así son las cosas. Buenos días y mejores tardes. Sussa