De copas, fiestas y gilipollas
Después de un día movidito, Nora, Pilar y yo nos fuimos a tomar una copa a un pub del centro de la ciudad. Queríamos hablar un rato, contarnos algunas cosas, reírnos y volver a casa temprano. Pero fue imposible tomar una copa en paz. Imposible. Una panda de gilipollas decidió entrometerse en nuestra conversación, en nuestras copas, en nuestras sillas y en nuestras blusas. Un grupo de seis tíos nos increpó, hizo alusión en dos ocasiones a Nora y sus largas piernas, al rizado cabello de Pilar y así una y otra vez. Los impresentables habían alquilado varias habitaciones en un hotel de cinco estrellas y andaban a la caza desesperadamente. Al final, por no armar bronca, salimos de allí y decidimos pasear, aunque, por el frío, no apetecía mucho. Imaginamos que la panda de gilipollas se movería a otra mesa y continuaría dando la paliza a otras mujeres y así hasta quemar miserablemente la noche.
Entonces recordé a Eifonso Longares, periodista gallego y mantenedor del espléndido blog Islas Cies que hace poco subió este impactante vídeo. Ya en su día lo felicité, no imaginaba que un par de meses después lo íbamos a subir y, peor aún, a recordar.
Afortunadamente las pandas de imbéciles son minoría, pero no sé por qué razón en fiestas navideñas se han multiplicado y molestan, molestan mucho. Por eso, esta patada a los coj… para estos tigres de mierda; y el mayor de los besos para los amigos, novios, amantes, camaradas bloggeros y demás regalos que día a día nos encontramos en la Red y en la vida real. Incluimos en especial a Guillermo Pardo mantenedor de Migramundo y a Eifonso de Islas Cies, que con sus posts siempre nos descubren lo mejor del género masculino.
El vídeo forma parte de una campaña portuguesa contra la explotación sexual. El final es fuerte, pero más fuerte es aún la actitud de algunas personas.