El animal que llevo dentro: Un estudio sobre el cerebro (I)

Un día le pedí a Christian que me explicara qué significaban estos misteriosos versos:«El animal que llevo dentro no me ha dejado nunca ser feliz, me roba todo, hasta elcafé, me hace esclavo de mis pasiones”. Me lo explicó con todo detalle. Luego le sugerí que escribiera un artículo para el blog. Y el resultado es este excelente texto del que estamos realmente agradecidas. Christian Glaría es físico y profesor (vocacional) de Física y Química en Educación Secundaria; tiene un gran interés por la Psicología y, en general, por cómo funcionamos los seres humanos. A Christianhay que ir descubriéndolo poco a poco. No se deja conocer de golpe, no, no. Así son los sabios y Christian es uno de ellos. Lo conozco hace tiempo y siempre me asombra. Segun Sussa, es el hombre que añade luz a ese oscuro animal que habita en nuestro cerebro. Y es verdad, Christian ha encendido todas las luces de un golpe explicando, como pocos saben hacerlo, la división de nuestro cerebro en: el cerebro reptiliano, el cerebro mamífero y el cerebro neocórtex. El artículo eslargo. Por eso lo hemos dividido en dos. Hoy subimos la primera parte. Dentro de un par de días, la segunda. Leedlo con atención, merece la pena.

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¿Conoces tu cerebro?, de Christian Glaría

Desde tiempos inmemoriales, sabemos que en nuestra naturaleza tenemos también una parte animal; pero lo que no llegaron a sospechar los antiguos filósofos es cuánto de literal puede ser. Durante millones de años, la evolución ha funcionado con su mecanismo para producir todas las especies que hoy día pueblan la Tierra, incluyéndonos a nosotros. Venimos de organismos más simples y guardamos la organización química complejísima que un día las formó, empezando por nuestro cerebro. En él se mantienen intactas las zonas que un día fueron nuestro cerebro primitivo. Desde dentro hacia afuera, nuestro centro de operaciones conserva celosamente esas estructuras.

Nuestro cerebro es todo nuestro yo. Todo lo que percibimos, sentimos o pensamos es actividad cerebral; el alma está en el cerebro. Esto no es una teoría ni una opinión; es, al igual que la evolución, un hecho. Y los hechos no se discuten. Se explican a posteriori con teorías, se niegan, se racionalizan o se tiran a la basura si no nos convienen; pero los hechos están ahí, para bien o para mal. Nuestros sentimientos, nuestros anhelos, temores, alegrías y dolores están en el cerebro. Todo. El cerebro humano guarda las estructuras de las que ha ido evolucionando; no las ha desechado, sino que ha ido añadiendo capas encima; en nuestro caso, son tres. En primer lugar nos encontramos con el cerebro reptiliano, responsable de las funciones más básicas, que tienen que ver con la supervivencia. Después viene el sistema límbico (o cerebro mamífero), encargado de las emociones, el afecto o la sexualidad. Por último, la capa más externa, nuestro orgullo, nuestra zona genuinamente humana: el neocórtex. Ahí están la palabra, el raciocinio, el pensamiento… Nuestro toque de distinción respecto de las otras especies, y lo que en última instancia nos diferencia de ellas al estar más desarrollado. Que se activen las zonas más primitivas es algo bueno en ocasiones. Cuando uno se encuentra ante un peligro de vida o muerte, no serviría de nada que el neocórtex evaluara la situación y llegara a la mejor forma de actuar. Lo que importa es una respuesta rápida que nos predisponga a huir o luchar; el cerebro reptiliano se activa y actuamos de la mejor forma para nuestra supervivencia. Cuando resolvemos un problema científico o argumentamos, el neocórtex toma la palabra e impone sus superiores características para el asunto.
Pero… ¿qué ocurre cuando llegamos al terreno sexual? La estructura vertical de nuestros tres cerebros hace que se lleven especialmente mal entre sí. Esto quiere decir que, cuando se activa una zona primitiva, tiene prioridad sobre las demás, porque sus razones son mejores que otras cualesquiera. Primero viene la necesidad del reptil, luego la del mamífero y, por último, la racional. Cuando corres por tu vida, no piensas; tampoco lo haces cuando te sumerges en la pasión. Y cuando sufres porque sientes algo por una persona que no lo corresponde, un animal dentro de ti está rasgándote, reclamándote lo que le interesa porque, aunque el neocórtex le diga lo contrario, él ya ha decidido que es lo mejor para ti. Es obsesivo; nos roba la felicidad y ocupa nuestra mente de manera que no disfrutamos de las demás cosas.Somos sus esclavos y sólo le interesa su deseo; como dice la preciosa canción de Battiato, nos roba todo, hasta el café. El neocórtex poco o nada puede hacer cuando las otras dos zonas se han activado; encima, si se descuida, comenzará a buscar razones para estar de acuerdo con los deseos de esas estructuras milenarias. ¿Quién no ha racionalizado lo bueno que es el ser deseado, las bellas cualidades que lo adornan? Es un triunfo de los centros cerebrales inferiores, que secuestran literalmente al neocórtex para que racionalice lo bueno de sus apetencias.

Si el deseo se satisface, vives en una nube. Si no eres correspondido, sufres; si has pasado por eso y vuelves a caer, vuelves a sufrir. Y te enfrentas al dilema de decir adiós a la persona que origina en última instancia este dolor. Dejar tiempo para que la química cerebral vuelva a su lugar, aunque sólo sea buscando un nuevo clavo, otra dosis de feniletilamina.


25 respuestas a “El animal que llevo dentro: Un estudio sobre el cerebro (I)

  1. Muy bueno Christian, un análisis completo de nuestra estructura cerebral, una clara prueba del porque a veces hacemos cosas que no queremos hacer, de las luchas internas que la humanidad soportamos, aunque yo creo que esta es la parte física, luego esta la parte espiritual de la que el cuerpo físico es el vehículo perfecto para nuestra evolución, espero con ganas esa segunda parte del articulo.
    Como dice Battiato «somos la punta de un iceberg enorme».

    BESOS
    ROSARIO

  2. Hola, Rosario, guapa, ¿qué tal?
    Visto el extraordinario artículo de Christian, ya empiezo a entender algunas cosas. Me acusan de ser demasiado neocórtex, que parece como si fuera más peligroso que ser ‘neocon’. En fin, ser un poco reptiliano de vez en cuando no vendría mal. Aunque, ojo, el que se enamora es el cerebro límbico… no te lo pierdas. La clave está en el equilibrio, supongo.
    Besos, Nómadas.
    Enhorabuena, Chistian.
    Slán go fóill (hasta luego),
    Chesús

  3. Se me acaba de encender la luz y de caérseme el bocata del susto. Mi cerebro está descompensado. Y ahora que hago yo. La verdad es que había leído sobre esto pero reconozco que no tan clarito.

    Un abrazo a Rosario. Me han hablado muy bien de ti.
    Felicidades a Chistian. Espero la segunda parte para seguir asustandome.
    Besos a Chesús. Si te dicen que eres muy neocórtex por algo será. Pero creo que es cosa de hombres…

    Nora Basteri

  4. Hola Chesus, maravilla de ser humano y muy neocórtex y de los otros «dos» también, que eres un ser especial, muy equilibrado, tu estas en la fase alta de la evolución, que lo digo yo y no me equivoco.
    Un abrazo Nora, que viendo la gente con la que te relacionas, te intuyo un ser muy especial también.
    Pues nada con la NÓMADA superior del reino, Marta, aquí todos dispuestos a dejar la especie en un punto elevado, que para eso hemos venido a este planeta, a pasárnoslo bien y aportar bienestar y risas a la mayor cantidad de personas, de la buena música ya se encarga el mejor que, por supuesto, es FRANCO BATTIATO.

    BESOS
    ROSARIO

  5. Christian es estupendo y le agradezco mucho este artículo.
    Nora es pura vida, y me la imagino con el bocata y la boca abierta leyendo el post. Me ha dado la risa a mí también.
    Chesús es muy neocórtex. Debería practicar con los otros dos cerebros.
    Rosario, tu y yo andamos con el límbico a tope y quizá algo descompensado, pero sin duda conocer nuestro cerebro nos ayuda a mejorar y a equilibrarnos más.
    Mañana en el desayuno hablaré con las tres partes de mi cerebro para llegar a un acuerdo. El acuerdo será equilibrio y ninguna exageración. Que somos muy dados a esto.
    Rosario, que no me falten nunca tus llamadas de teléfono, no se lo permitas al neocórtex.
    Anda, que dentro de nada volvemos a ver al siciliano. Gluggg, ahora es el límbico el que habla. Cuando se trata de él siempre es el límbico.
    Ya veréis la segunda parte… habla del amore…

    Pues eso.

    Besos sinceros,

    Marta

  6. ¡Waw!
    Yo había oído hablar de estas cosas, pero no sabía lo de «los tres cerebros», ¡¡Magnífico artículo!!
    Así que cuando pasa eso de que te gusta una persona y de pronto no le ves más que virtudes, es cosa del neocórtex que está siendo «secuestrado» por los otros dos… muy, muy interesante.
    Me gusta este artículo, me quedo esperando la segunda parte.
    Besos.
    Rosa.

  7. no sé qué decir, por lo que mejor me quedo callado. Por algo será, ¿verdad?
    Sin embargo me llama la atención que toda esta descripción tripartita del cerebro humano acabe ofreciéndonos una respuesta tan precisa para la razón del desencuentro en las relaciones amorosas. Y nos es que no la crea, sino que me parece algo simplificadora. Por poner un ejemplo: ¿qué pasa cuando ese ser deseado es casi objetivamente perfecto para nuestro deseo y no encuentra que nosotros lo seamos?

  8. Realmente intersante.
    Y no sólo por constatar el hecho conocido de los tres cerebros, sino por el desarrollo lúcido de las implicaciones vitales (hasta el café nos es arrebatado a veces).

    Besos.

  9. Es un artículo estupendo. Muy clarito. Muy meridiano. Así somos. Unos líaos, claro. Yo me vuelvo mona intentado equlibrar todas esas capas estratocerebrales. Me empeño en que se lleven bien. Pero lo consigo nunca….
    Con el artículo de Christian he aprendido terminología además. Ahora ya podré decir con propiedad: hoy ni me hables que estoy reptiliana…. y muerdo, (o lo que sea).
    Muy bien, muy bien.
    Besos hoy un poco soledados.

  10. Fenomenal artículo, en la línea de los libros de Punset o del programa «Redes», pero si me apuras, con mayor claridad de exposición, todavía.
    No cabe duda de que somos todo eso, de que todo lo que somos y lo que inventamos, incluido Dios, está en el cerebro. Con todo, da cierto vértigo pensar que todo lo que sentimos, nuestras emociones y sensaciones no son más que segregaciones de sustancias y conexiones producto de los impulsos eléctricos.
    Que sea así, pero que nunca perdamos el hermoso envoltorio con que lo hemos recubierto siempre.
    Enhorabuena a Christian.

    Besos, Nómadas

  11. Muchas gracias por vuestros comentarios, de veras…

    Cacho de Pan, no entiendo muy bien tu pregunta; ¿te refieres a por qué puede no correspondernos aquel que deseamos…?

    Rosario, sin ánimo de que entremos en largas disquisiciones, y haciendo un guiño al comentario de 39 escalones, te diré que el alma está en el cerebro. Cuando alguien toma, por poner un ejemplo, una droga y cambia su comportamiento, no es que su espíritu pase a ser malo sino que se ha alterado la química cerebral…

    Os aviso de que la segunda parte sigue tirando de la cuerda y, en cierto modo, se radicaliza. Por si alguien es impresionable y no quisiera seguir leyendo…

    Besos y abrazos.

  12. Gracias a tod@s.
    Chistian, yo también me uno al comentario de las cómplices de Pili y de Rosario.
    En unas horas subimos la segunda parte. No os la perdáis.
    Por cierto, Luisa, tu mente está muy equilibrada. Tú llevas a raya todos los cerebros. De las pocas personas que lo consiguen.

    La mente reptiliana, el límbico y el neocórtex os besan,

    Sussa y Marta

  13. Me parece muy bien que habléis del cerebro. Pero yo creo que la canción de Battiato no va exactamente por estas disquisiciones. Y cuando se dice que el alma o Dios están en el cerebro yo no estoy de acuerdo. Ésa es una visión de gente atea. Yo no soy atea -si es que puedo decirlo ahora en España a las 10 y veinte de la noche-. Y no por ser una persona religiosa rechazo la ciencia, en absoluto, pero digo que la ciencia puede explicar lo que puede explicar pero no más. Recuerdo un programa en el que se trataba de experiencias de personas en coma. Una de ellas relató posteriormente lo que pasaba en la habitación mientras su cerebro estaba con encefalograma plano, es decir, sin actividad cerebral ninguna. Esa persona recordaba la disposición de personas y elementos de la habitación y palabras pronunciadas durante ese estado cerebral inactivo. Y es que hay realidades insondables, lo queramos reconocer o no.

    Lo cierto es que mis ideas sobre el alma o sobre Dios pueden no interesaros, seguramente. Pero es que yo explicaría esos versos de Battiato de otra manera. Para mí lo que quiere subrayar es la necesidad de trabajar sobre uno mismo y sobreponerse a los instintos y los vicios que nos puedan venir «de fábrica». En este sentido hizo «Hierro forjado» que en italiano usaba las mismas letras de su nombre, porqué Franco Battiato aboga por el trabajo sobre uno mismo. Y sabemos que cree en la reencarnación, por tanto no puede estar de acuerdo con que el alma se agote en la vida cerebral, puesto que si se reencarna debe tener una naturaleza espiritual. Y todos los que creen en la reencarnación, que no es mi caso, no pueden apoyar la frase de que «todo está en el cerebro». Los pensamientos sí están en el cerebro, pero hay percepciones que no vienen de él.

    No le quito a Christian el mérito de explicar los términos científicos. Pero él, como tantos otros, está muy empeñado en negar la trascendencia, en negar lo espiritual. En contraponer creencias y ciencia. Y eso no me gusta. Sorry.

    Y lo fundamental es que para entender a Battiato no basta una mentalidad materialista. Tiene tantos admiradores que entre su público hay de todo, pero me pregunto muchas veces qué han entendido sus seguidores ateos de canciones suyas como «E ti vengo a cercare». Mucho me temo que se quedan irremediablemente cortos en su percepción del músico y del hombre Battiato. Han de quedarse cortos necesariamente en su percepción sentimental de las letras de Battiato, pues les falta la sed espiritual que alimenta e inspira a Battiato.

    El animal al que se refiere Battiato en su canción no es tanto un concepto biológico sino nuestro yo más profundo e indomable al que tenemos el deber -y el desafío- de gobernar.

    Saludos.

    Pili Mulas

  14. Pili, pero es que ese yo profundo e indomable del que hablas no es otra cosa que parte de nuestro cerebro; la canción de Battiato habla del deseo, y éste anida en los centros inferiores. Yo trato de explicar con la estructura cerebral por qué se produce esa obsesión del pensamiento de la que habla Battiato en «El animal», que es la misma a la que se han enfrentado tantos filósofos y pensadores durante la historia. Ahora la ciencia está dando respuestas claras. Sorry pero no se puede ir contra los hechos, y la neurofisiología está avanzando tremendamente.

    Respeto, aunque no comparta, tus creencias; pero en lo que no estoy en absoluto de acuerdo es en esa visión fría y deshumanizada que das de la ciencia. Los seguidores ateos disfrutan de la belleza de las canciones de Battiato tanto o más que un creyente/místico, y aquí tenemos que recordar que Battiato no es precisamente cristiano ni creyente al uso. Una persona cultivada que sabe cómo funciona el mundo («conozco las leyes del mundo y te las regalaré») tiene más puntos de vista para disfrutar de la belleza de una obra de arte o del espectáculo que nos ofrece la naturaleza, empezando por la complejidad de las especies o por el brillo de una estrella, que quien se limita a darle una explicación mítica.

    «E ti vengo a cercare» juega, claramente, con un doble sentido amoroso/espiritual; me temo que no es patrimonio de nadie paladear la belleza de una manifestación artística. Antes al contrario, para apreciar en toda su plenitud la belleza de las canciones de Battiato hay que tener también una cierta perspectiva científica, empezando por las teorías de cuerdas o la propia Relatividad, como ya comenté por el foro analizando algunos de sus textos.

    Quizá haya fenómenos que la ciencia no explique todavía, aunque no tengo nada claro que no sean experiencias subjetivas que se quedan en el cerebro de quien las experimenta. Después de décadas, todavía nadie ha sido capaz de demostrar un solo «fenómeno extraño» y llevarse así el millón de dólares que ofrecen James Randi y su asociación. Lo que está claro que abunda hoy día es la caterva de vendedores de misterios e iluminados que creen estar en conexión con «seres superiores».

    Otro asunto es el de aquel que vive su experiencia religioso-mística en su privacidad y no trata de imponerla a nadie ni, sobre todo, de justificarla con argumentos delirantes; cada uno tiene derecho a ser feliz de la forma que mejor le convenga, siempre que no dañe a nadie. Lo que único que quiero añadir es que la ciencia está explicando, también, por qué se producen las experiencias místicas a través de la actividad cerebral. O los asesinatos, por ponernos trágicos. ¿Qué le ocurre al «alma» de quien comete uno bajo los efectos de las drogas? ¿Se ha vuelto mala-malota de repente?

    Por lo demás, siempre será un placer que te asomes dando tu opinión por aquí. Nada le gusta más a un ateo/escéptico que poder debatir y contrastar puntos de vista, especialmente cuando se habla de hechos firmes.

    Un beso.

  15. Pilar,
    para opinar aquí no es necesario ser ni religiosa ni ateo. Y puedes hacerlo a las hora que quieras. Acostumbrados estamos a respetar creencias. Tal vez en otros lugares no sea así. Pero las administradoras de este blog damos carta blanca, siempre que no se insulte, claro esta.
    Yo no soy religiosa pero convivo con una persona que sí lo es y parece que el artículo le ha gustado mucho. Entiendo pues que no es una cuestión de religiosidad, sino más bien de distintos puntos de vista que merecen ser respetados y sobretodo poder ser expuestos. No estaría mal escucharnos de vez en cuando. Yo sólo aprendo de gente que opina de forma distinta a mí. Con los que opinan igual que yo me lo paso bien, pero no aprendo. Que me den y dar la razón no es algo que me entusiasme. Prefiero la discusión, la discrepancia con libertad y con respeto.

    Nos parece bien tu punto de vista, lejos de juzgarlo agradecemos tu comentario. Insisto, este es un espacio libre y libre quiere decir eso: LIBRE.

    Entrenómadas

  16. Yo creo que nada de lo que decía Christian es incompatible con la idea de dios, que es producto humano. Eso es una evidencia, no necesita prueba alguna. Como dice el libro sagrado de los cristianos: «no hay más ciego que el que no quiere ver». La idea de dios sigue siendo válida mientras no exista una explicación racional para cuestiones como el origen del universo. Pero la idea de dios entendida como una tradición cultural, una liturgia, un dogma o una forma determinada de creer, un nombre concreto o un corpus moral determinado, son conceptos humanos, fruto del cerebro, por tanto.
    Además, por otro lado, el hecho de que existan fenómenos que la ciencia no pueda explicar (todavía) sólo quiere decir dos cosas: a) el hecho de que no exista una explicación científica por ahora, no significa que la explicación sea dios; b) el cerebro continúa estando insuficientemente explorado y estudiado y por tanto la existencia de ese tipo de fenómenos no tienen por qué estar fuera de su campo de acción, como sucede con la telequinesia, por ejemplo, que lejos de ser un fenómeno paranormal tiene su origen en determinadas capacidades cerebrales. Simplemente, hay cosas que no sabemos, aún.
    Por otro lado, no hay que confundir la idea de dios, que, como digo, sigue siendo una opción vigente para explicar aquello que aún no tiene respuesta (campo que la ciencia ha ido reduciendo cada vez más, limitando la verosimilitud de los dogmas de fe al mínimo, hecho reconocido por la propia Iglesia en cuestiones por ejemplo, el reconocimiento reciente de la posibilidad de vida extraterrestre), con la idea de fe, concepto que es inducido, cultural y socialmente. Todo el mundo es libre de creer en dios y de defender y apoyar sus creencias, pero la fe y la demostración empírica provenientes de la ciencia no están ni deben estar al mismo nivel. Repetidamente a lo largo de la Historia la ciencia ha demostrado muchos de los infundios inducidos durante siglos por los dogmas de fe. No hay nada que nos haga pensar que a su debido tiempo no vaya a seguir haciéndolo. Eso sí, cuando la fe pretende equipararse a las demostraciones de la ciencia o incluso sustituirlas, ya no se trata de fe. Tiene otro nombre y es mucho más peligroso que cualquier fenómeno actual que carezca de explicación.

    Saludos

  17. Añado a las sabias palabras de nuestro amigo mi visión de que, hoy día, sólo hay dos caminos sensatos para la creencia en «algo trascendente»:

    1) El deísmo, es decir, poner a Dios creando el Universo, dándole unas leyes y punto. Es evidente que, fuera de este ámbito, tal personaje no hace nada más.

    2) El panteísmo, es decir, identificar a Dios con el conjunto de leyes de la Naturaleza, que es lo que trata de desentrañar, precisamente, la ciencia.

    Ambas posturas no tienen nada que ver con el teísmo, que sugiere que Dios propone y dispone; de hecho, son formas elegantes de ateísmo. Hoy día, mantener los teísmos de cualquier tipo es, más que cuestión de fe, cuestión de vivir de espaldas a la realidad. Pero, si Marta me lo permite, me gustaría extenderme en otro artículo sobre esto…

  18. Gracias a todos por vuestros comentarios. Realmente ha sido un placer para todos los cerebros aquí reunidos.

    Christian, puedes extenderte en otro artículo cuando desees. No faltaba más.
    Pero no te olvides que tenemos un concierto que preparar con Víctor, Gema y resto de gente. Sussa se apunta que le gusta cantar mucho.

    Conocer cómo funciona ese extraordinario animal que llevamos dentro es importante.
    Yo necesito eso sí algo de azúcar, miel y toneladas de chocolate para animar un poco el lado dulce de la vida. Y no soy la única…, mi neocórtex anda torcido.

    Es broma, un placer de verdad,

    Besos para tod@s,

  19. Por cierto, Marta, también nuestro diseño genético explica por qué nos gustan los dulces y las grasas… Son alimentos muy calóricos, y eran muy recomendables para nuestros antepasados, que nunca sabían cuándo iban a zampar de nuevo y necesitaban buenas reservas de energía. Así que en el cerebro hay circuitos de recompensa para los sabores dulces y gustosos.

    El problema es que hoy día esos alimentos no son básicos para nuestra supervivencia (¿no nos vendría mejor que nos encantara la verdura en vez de las napolitanas o las gominolas…?), pero el cerebro nos sigue recompensando con placer al tomarlos. Por eso cuesta tanto hacer dieta y por eso, lamentablemente, los infartos siguen campando a sus anchas…

  20. Interesantísimo vuestro blog!! El límbico, ese, ese es el que me lleva a mí a mal traer… Me parecía estar viendo la 2 por la noche, enredada… Si nos paramos a pensar en todo lo que tenemos ahí dentro, en esas cabecitas… Ahora empiezo a comprender el por qué de echar humo… Fantástico artículo!! Lo vi esta mañana y hasta ahora no he tenido tiempo…
    Besicos

  21. Me encontré esta blog de repente y estaba leyendo una articulo de cristian sobre el celebro y los comentarios seguidos ello. Me sorprendió ver dos personas hablando de un tema desde diferente forma de ver las cosas…pero lo mas interesante Pilar y Cristian son iguales en el fondo. Lo que os diferencia son los programas que tienes en vuestros mentes subconscientes y estos paradigmas. realmente sois uno. En el celebro existe células, y estas células tiene todo la información de tus creencias que crea programas y paradigmas y esto es lo que crea la diferencia. En el celebro residen muchas información ordenada o desordenada según el estado de alineamiento energética de cada uno. Pero es posible llegar a poder utilizar el celebro a 100% cuando nos representamos desde un lugar dentro de nosotros donde todas las energía son un campo solo. Gracias por esta descubrimiento o realización de lo que ya esta dentro.

  22. Hola otravez, no se si sabiais que hay 7 niveles de Conciencia: ANIMAL, MASAS,ASPIRACION,INDIVIDUO,DISCIPLINA, EXPERIENCIA Y MAESTRIA. Sabiais que nuestro memoria tiene espacio para cada nivel?

    Gracias

  23. HOLA, GRACIAS POR TAN BUENA INFORMACION. ME SORPRENDO FRECUENTEMENTE AL ESCUCHAR O AL LEER COMENTARIOS DE PERSONAS RELIGIOSAS QUE SE ALTERAN FRENTE A INFORMACIONES CIENTIFICAS, ES COMO QUE SE RESISTEN A QUE LES MUEVAN LAS PIEZAS DEL TABLERO.ES IMPOSIBLE ENCERRAR O DAR POR ENTENDIDO EL CONCEPTO DE DIOS. ES TAN BELLO- INFINITO Y MISTERIOS QUE DEBERIAMOS SENTIR GRATITUD POR LA CIENCIA , YA QUE NOS VA DEVELANDO LENTAMENTE LA MARAVILLOSA PRESENCIA DE UNA INTELIGENCIA SUPERIOR LLAMADA POR UNOS DIOS, POR OTROS…….
    CIENTOS DE NOMBRES DIFERENTES PARA NOMBRAR LO MISMO
    GRACIAS CRISTIAN

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